miércoles, 29 de abril de 2009

PATERNIDAD

Foto Ary


No se como llamarte, ni si bastan
mis manos extendidas
para apresar el grito del relámpago,
mis ojos angustiados
protegiendo la puerta de los sueños,
mi cuerpo acorazado
respirando la magia de la vida.
Tiembla mi entraña con la voz de la semilla,
mis brazos ramas
aferran a la tierra igual que el primer dia del primer milenio
cuando rasgó la sangre tu quejido
y amanecieron el amor y el miedo.

ARY

SOLO UN MUERTO

Foto Ary


Se pararon los relojes. Ya ninguno da la hora.
Es tiempo de silencio.
Hoy morí.
No hubo tiros ni batalla.
Sólo un muerto. No hubo nadie que me viera.
La lluvia, tal vez, y el viento. Y el reloj
que se durmió.

Que soledad tan rotunda cuando se muere por dentro.
La sangre que gota a gota en telarañas
se vierte. Y es que es tan duro, tan duro,
morirse así, tan despierto.
Quedarse con estas manos, seguir viviendo este cuerpo.
y dejar que ls palabras se quiebren
como los huesos.

No hay fosa para cubrirse ni piedras como recuerdo,
ni llanto de familiares, ni estómagos descompuestos.
Sólo esta falta de aire, este nudo
que me aprieta, estos pulmones que gritan como
los mudos que lloran
Y estas uñas que se clavan sobre una piel que
está viva, sobre unos ojos nublados
y unas luciérnagas ciegas.

Se pararon los relojes. Volvieron a funcionar.
No hubo tiros ni batalla, ni sangre, gritos
o rabia,
Sólo un muerto.

ARY

martes, 7 de abril de 2009

TU SOMBRA



Foto Ary


Yo no se si a ti te pasa lo que a mi
Me pasa.
No es amor, ni es añoranza, ni recuerdo de unas noches
ni pasión que todavía rompe olas o se esconde
entre las sábanas.
No es la sangre que palpita si te escucho, ni siquiera es
la rabia, ni el pensar que en otra vida, quizás pudo
dibujarse un verde campo y degustarte entre las flores perfumada.
No es el saco sin llenar que llevo a cuestas
ni la lluvia que empapaba nuestros cuerpos, ni la angustia,
ni el dolor, ni la alegría que mezcladas fueron parte
de tu encuentro y de mi encuentro.

No es pasado ni presente lo que a mí
Me pasa.
Tardé tiempo en descubrirlo atisbando
en madrugadas el sonido de los grillos
y las hojas aleteando. Dejando
partir mi cuerpo, viendo como
se alejaba.
Fue tan simple la respuesta y tan preciso el dibujo.
Fue tan obvio que el silencio pintó surcos en el aire.
Y en su corazón de mudo brotaron sombras y sombras.
Sombras y sombras y sombras.

Y todas eran tu sombra.

ARY.